Mejora tu salud sexual

La salud sexual es un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad

 

La sexualidad es una parte importante del ser humano. El amor, el afecto y la intimidad sexual representan un papel importante en las relaciones saludables, también contribuyen con su sentido del bienestar. Pero algunos trastornos pueden afectar la capacidad de los hombres y de las mujeres de tener relaciones sexuales o disfrutarlas. Como bien puede ser el temor a un posible embarazo no deseado, preocupaciones de infertilidad, enfermedades de transmisión sexual o medicamentos que afectan en el deseo sexual.  No dejan de ser factores reales e importantes dentro de la salud sexual, solo hay que normalizarlos para que no supongan un inconveniente en ella.

 

La salud sexual es un estado de bienestar físico, emocional, mental y social relacionado con la sexualidad; no es solamente la ausencia de enfermedad, disfunción o incapacidad. Para que la salud sexual se logre y se mantenga, los derechos sexuales de todas las personas deben ser respetados, protegidos y ejercidos a plenitud. Debemos ser conscientes de que en nuestra vida la sexualidad es esencial y comprende además del sexo, identidades y roles de género, erotismo, intimidad, placer, orientación sexual y reproducción.

 

 

La salud sexual es tener relaciones sanas respetándose mutuamente, disfrutando del sexo, practicándolo de modo seguro y con protección y sin hacer nada que no deseen. Uno de los grandes errores de la salud sexual es relacionarla directamente con el sexo. Aquí, es importante destacar que la sexualidad es mucho más amplia y sus dimensiones abarcan desde la parte más puramente biológica, hasta la psicológica y social;

  • Parte biológica: sexo biológico, genitales, cómo funciona el cuerpo, quieres puestas a estímulos y sensaciones. Esta dimensión es la que más relacionamos con la sexualidad.
  • Parte psicológica: también muy importante. Tiene que ver con la mente, con nuestras emociones, con el placer, con el deseo. También con la seguridad, con la autoestima, con nuestra autoimagen…
  • Parte social: cómo nos relacionamos, nuestros ligues, cómo mantenemos las relaciones, qué se debe y no debe hacer… Es importante ponerlo en contexto social y cultural, tanto en el momento histórico que vivimos, como los aprendizajes individuales que hemos adquirido en nuestra vida.

 

“La sexualidad va mucho más allá de tener relaciones sexuales”

Para tener una buena salud sexual se puede seguir una serie de pautas relacionadas con los buenos hábitos. Y es que, la salud sexual está estrechamente relacionada con la salud mental, puesto que las disfunciones sexuales pueden dar lugar a nerviosismo, inseguridad e incluso depresión y ansiedad.  Para conseguir una buena salud sexual te aconsejamos:

 

 

1. Infórmate sobre sexualidad

Es muy importante conocer las prácticas de riesgo y los métodos a nuestro alcance para evitar esos peligros asociados a la sexualidad. Por supuesto, es importante conocer qué es una relación de pareja sana y saber dónde acudir cuando surge algún problema.

La falta de información en torno a la sexualidad y nuestro cuerpo afecta a nuestra salud sexual. Hay que mejorar nuestro autoconocimiento y la educación acerca de los elementos que favorecen el bienestar y el crecimiento sexual.

 

2. Relación de pareja armónica y comunicación

Las emociones también juegan un papel importante en esta franja de la salud, que está directamente conectada con el bienestar mental. Mantener una relación emocionalmente sana con la pareja sexual, evitar el estrés o tener una autoestima alta son factores que ayudan en este plano.

 

3. Practicar ejercicio

Al practicar ejercicio experimentaremos una mejoría emocional. Estos ejercicios no van solo destinados a tener relaciones sexuales más satisfactorias, sino que también ayudan a evitar los escapes de orina, mantener el control intestinal y prevenir la eyaculación precoz.

 

4. Dejar de fumar

Además de la vida sedentaria o las dietas con alto contenido de grasas saturadas, existen otros malos hábitos vinculados a las disfunciones en el plano sexual. El humo del tabaco resulta sumamente perjudicial al provocar el envejecimiento prematuro de las arterias, por lo que puede generar disfunción eréctil.

 

5. Alimentación saludable

Una dieta equilibrada y una alimentación sana son parte de los hábitos saludables que ayudan a prevenir la obesidad. La alimentación también deja huella en las relaciones sexuales; de hecho, las dietas con alto contenido en grasas saturadas pueden disminuir la concentración de espermatozoides en la eyaculación.

 

6. Higiene

La higiene es un factor muy importante. Es importante la limpieza con agua y jabón de los órganos sexuales antes y después de las relaciones sexuales.

 

7. Revisión de salud

La salud física y mental influye directamente en la salud sexual. Existen las psicológicas y las orgánicas. Como ejemplo de estas últimas, encontramos el dolor pélvico, las lesiones perineales, la incontinencia urinaria o la neuralgia pudendo. Una vez diagnosticada la patología, existen tratamientos que ayudan a evitar estos problemas orgánicos y que muchas veces pueden derivar en hombres en disfunción eréctil o eyaculación precoz.

 

8. Protección

Evitar las prácticas sexuales de riesgo también forma parte del decálogo de “buenas costumbres”. Entre las más importantes se encuentra la utilización de métodos anticonceptivos para evitar no solo los embarazos no deseados, sino también las Enfermedades de Transmisión Sexual (ETS), que tienen como único método preventivo el preservativo.

El 40% de los adultos reconoce haber mantenido, en alguna ocasión, relaciones sexuales de riesgo. La falta de medidas de protección se suma a que un gran número de ETS no dan síntomas hasta que no llegan a sus fases más avanzadas.

Estas ETS constituyen una causa de enfermedad aguda, crónica, infertilidad y muerte, con graves consecuencias médicas, psicológicas, económicas y sociales. Es por ello que, ante la duda o tras haber mantenido relaciones de riesgo se debe realizar un ANÁLISIS DE ENFERMEDADES DE TRANSMISIÓN SEXUAL para detectar precozmente cualquiera de estas enfermedades y poder tratarlas lo antes posible.

 

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