Muchas personas sufren síntomas digestivos sin saber a qué se deben. Hinchazón, gases, molestias abdominales o cambios en el tránsito intestinal pueden afectar la calidad de vida, pero en muchos casos el origen no está claro.
El SIBO puede estar detrás de estas molestias, aunque sigue siendo un diagnóstico poco frecuente y poco conocido. Por eso, muchas personas conviven con estos síntomas durante años sin recibir una explicación o tratamiento adecuado.
Reconocer los signos más comunes es fundamental para buscar un diagnóstico correcto y empezar a mejorar la salud digestiva. En este artículo te presentamos cinco señales frecuentes que podrían indicar la presencia de SIBO. Estar atento a estas pistas es el primer paso para recuperar tu bienestar y calidad de vida.
¿Qué es el SIBO y por qué está tan infradiagnosticado?
El SIBO es un sobrecrecimiento bacteriano en el intestino delgado que altera el equilibrio natural de la microbiota y afecta la digestión y absorción de nutrientes. Este desequilibrio puede causar síntomas digestivos molestos y afectar a tu bienestar general.
Entre las causas más comunes están el uso prolongado de antibióticos, el estrés crónico, cambios en la microbiota intestinal (disbiosis), cirugías abdominales y ciertos hábitos alimentarios.
Aunque el SIBO es más frecuente de lo que se piensa, suele pasar desapercibido y estar infradiagnosticado, lo que hace que muchas personas convivan con molestias durante mucho tiempo sin un diagnóstico claro.
5 síntomas que podrían estar avisándote de que tienes SIBO
1. Hinchazón después de comer
Es común sentir una sensación de “globo” en el abdomen, incluso aunque hayas comido poca cantidad. Esto pasa porque las bacterias que crecen en exceso fermentan algunos alimentos, especialmente ciertos vegetales, legumbres y frutas, que son más difíciles de digerir y producen gases que inflaman el intestino.
2. Gases constantes y malolientes
La fermentación bacteriana excesiva genera gases que no solo provocan molestias, sino también un olor fuerte y desagradable. Muchas personas confunden este síntoma con el intestino irritable (SII), pero es importante identificar el origen para recibir el tratamiento adecuado.
3. Digestiones pesadas y lentas
Las digestiones se vuelven más difíciles y prolongadas, como si la comida no avanzara correctamente por el sistema digestivo. Esta lentitud provoca una sensación de saciedad inmediata, incluso tras ingerir pequeñas cantidades. Esta respuesta se debe a la alteración del proceso digestivo causada por el desequilibrio bacteriano, que afecta la motilidad intestinal y la absorción de nutrientes.
4. Niebla mental y fatiga
Después de comer, puede que te cueste concentrarte o pensar con claridad, además de experimentar una sensación de fatiga. Estos síntomas suelen confundirse con ansiedad o estrés, pero en el caso del SIBO están relacionados con la mala absorción de nutrientes y la inflamación causada por el desequilibrio bacteriano.
5. Diarrea o estreñimiento crónicos
Los cambios en el ritmo intestinal, ya sea diarrea, estreñimiento o alternancia entre ambos, son frecuentes. Estos síntomas suelen persistir incluso con dietas específicas o probióticos, porque hasta no tratar el problema bacteriano, el intestino no recupera su funcionamiento normal.
¿Cómo saber si realmente tienes SIBO?
El SIBO puede pasar desapercibido durante mucho tiempo, ya que sus síntomas suelen confundirse con otras alteraciones digestivas. Por eso, contar con un diagnóstico preciso es fundamental. La prueba más utilizada para detectarlo es el test de aliento, que mide los niveles de hidrógeno y metano que producen las bacterias al fermentar ciertos azúcares en el intestino delgado.
Se trata de una prueba no invasiva, sencilla y segura, que permite identificar si hay un sobrecrecimiento bacteriano y orientar el tratamiento adecuado. Detectarlo a tiempo puede marcar la diferencia en tu calidad de vida.
Conclusión – Escuchar tus síntomas puede cambiar tu salud
Si llevas tiempo conviviendo con molestias digestivas, no es una exageración ni una coincidencia. Los síntomas son señales que el cuerpo envía para avisarte de que algo no va bien. Y aunque a veces se minimizan o se achacan al estrés, merecen ser escuchados.
Recuerda: no es tu culpa sentirte así. Validar lo que te ocurre es el primer paso para buscar respuestas y recuperar tu bienestar. Conocer el SIBO y entender que puede haber una causa detrás de lo que sientes puede cambiar por completo tu forma de cuidar tu salud digestiva.
Referencias
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